La iglesia parroquial de San Bartolomé de Nava en el s.XX. Destrucción y reconstrucción

Horra Márquez, A. (2016). La iglesia parroquial de San Bartolomé de Nava. Siglo XX. Destrucción y reconstrucción. Revista del Círculo de Amigos de Nava,nº3, pág. 29-34.

Antecedentes históricos

El origen de la iglesia de San Bartolomé es incierto ya que no se conserva ningún documento que haga mención a su fundación. Según I. Torrente Fernández debió nacer estrechamente vinculada a la más prestigiosa familia nobiliaria de la zona, los Álvarez de las Asturias, como iglesia propia o como monasterio en régimen de herederos, transformándose en parroquia al llevarse a cabo la estructuración parroquial y definitiva de la diócesis durante el siglo XII [1]. La propia Torrente Fernández propone como primera fecha en la que se menciona el monasterio el año 1085, fecha de un regesto de los documentos del monasterio de Celorio (Llanes) con una donación a “Gonzalo, abad de San Bartolomé de Nava”.

Ilustración 1. Pórtico Románico. RIDEA, caja 8, fotógrafo Mas para Diputación Provincial de Oviedo. Foto tomada entre 1920-1930.

Sin embargo A. Hevia Ballina, archivero de la Catedral de Oviedo, establece como fecha de la primera referencia de la iglesia el 8 de agosto de 921 [2]. Esta fecha la toma del Liber testamentorum ecclesiae ovetensis, conservado en el archivo de la catedral y en el que está el testamento del rey Ordoño II, por el que “confirma a la Catedral de Oviedo sus posesiones y le dona propiedades en Asturias”. En el documento, que se puede consultar en la edición de M. Moleiro, se enumeran monasterios, iglesias y villas objeto de la donación entre las que se encuentra esta referencia: Fozanamuillam cum ecclesia Sancti Bartolomei apostoli similiter, “De igual modo la villa o granja de Fozana o Fociana junto con la Iglesia de San Bartolomé Apóstol” [3]. Si bien es cierto que no aparece el nombre de Nava, parece seguro según Hevia, que se refiere a este lugar, ya que los topónimos donde se encuentran los bienes que se enumeran en la donación se localizan en la zona centro-oriental de Asturias.

Ilustración 2. Vista de la iglesia en 1910. Sin torre. Museo del Pueblo de Asturias.. Fotógrafo Modesto Montoto

Existen otras referencias antiguas a San Bartolomé de Nava, ya como iglesia, ya como monasterio. De esta forma, L.A. Carvallo hace una enumeración de monasterios existentes durante el reinado de Ordoño I (850-866) según “escrituras que había por estos tiempos” [4], y ya menciona el de San Bartolomé de Nava [5]. Bellmunt y Canella datan su fundación por el conde Diego Rodríguez de Asturias y su esposa, la infanta Gimena Alonso, para disponer su enterramiento en tumba principal de la iglesia [6].

La vida monástica quedó plenamente institucionalizada en 1225 con su primera abadesa Gontrodo Álvarez de Asturias y hasta el año 1530 San Bartolomé de Nava gozó de vida propia, siempre habitado por mujeres con más o menos linaje, como una comunidad monástica bajo la orden de San Benito y con sus propios bienes territoriales. Pero a partir de esa fecha el monasterio pasó a depender de la jurisdicción del monasterio de San Pelayo de Oviedo y perdió su autonomía. Así se mantuvo hasta 1837 cuando se dictaron las leyes desamortizadoras y las propiedades monásticas de San Bartolomé se secularizaron y pasaron a ser ocupadas por oficinas municipales, de la hacienda pública y la casa rectoral como explica S. Torga Llamedo [7]. Todo, el monasterio y la iglesia, será destruido en el siglo XX poniendo fin a diez siglos de historia de unas edificaciones que sin duda fueron las más destacadas del núcleo de La Plazuela de San Bartolomé [8].

Ilustración 3.Vista de la iglesia en los años 20. Con torre. Foto de Efrén Cienfuegos cedida por la parroquia de Nava.

La destrucción

Dos acontecimientos históricos que dejaron en Asturias grandes cicatrices en el patrimonio histórico, como fueron la Revolución de octubre de 1934 y la Guerra Civil de 1936, laceraron igualmente la iglesia parroquial de San Bartolomé, con la quema de bienes muebles, el expolio y la destrucción del propio edificio.

Una descripción detallada de lo ocurrido en 1934 la encontramos en el acta levantada por el cura Andrés Fernández el día treinta de enero de 1935 en el Libro de Cuentas de Culto y Fábrica de la parroquia que se conserva en el archivo parroquial de Nava [9]:

“Quemados por los revolucionarios marxistas todos los libros del archivo de esta parroquia se abre el presente (libro):

Entraron los revolucionarios en la villa el 7 de octubre de 1934, después de haber sostenido una lucha de varias horas con las fuerzas de la Guardia Civil. Trece días fueron los rebeldes dueños por completo del pueblo, habiendo sido durante ese tiempo el templo parroquial un cuartel y teatro de los más repugnantes actos de salvajismo y barbarie. De lo que existía en el recinto apenas dejaron cosa alguna.

Deshicieron el hermoso sagrario, estropearon el expositor del santísimo, los incensarios, las lámparas, las olieras, la pila de bautizar, varios cuadros del viacrucis, algunos confesionarios, un viril de plata dorada, tres copones de metal, dos cálices también de metal, cuatro candeleros y ocho crucifijos. En cuanto a las ropas y ornamentos sagrados, cinco albas desaparecieron, como todos los cíngulos, todos los purificadores, y la mayor parte de los corporales y de los paños de manos; de un terno negro de terciopelo, para primera clase, solo quedo la casulla; de otro terno negro de seda, para segunda clase, dejaron la casulla y una dalmática; faltan por completo cuatro casullas y todos los amitos y también dos paños de hombros; y las ropas y ornamentos que dejaron todos los estropearon más o menos y los ensuciaron.

Las sagradas imágenes las quemaron en el pórtico en número de diez y siete, que eran: del Rosario, de la Dolores, de la Inmaculada, del Nazareno, de San Bartolomé, de San Jerónimo, de San Antonio, de San Roque, de Santa Lucía, de San José, de San Joaquín, de Santa Bárbara, del Niño Jesús, de Santa Escolástica, de San Juan Evangelista y del Sagrado Corazón de Jesús, de éste dos. Además estropearon dos armarios y hasta el mismo reloj de la sacristía.

Un hermoso nacimiento con grupo principal de los Reyes con sus pajes y de unas treinta figuras variadas fue destruido por completo. También desaparecieron dos crucifijos de madera en tamaño grande que había en la sacristía, los roperos de los monaguillos, todas las campanillas, dos ciriales de metal blanco y todo lo del catecismo. (…). Los cultos en nuestra iglesia cesaron el seis de octubre y se reanudaron el 27 de octubre, previa reconciliación solemne de la misma.”

Ilustración 4. Cimientos de la nueva iglesia. Años 40. Archivo General Administración. Sección Regiones Devastadas.

Deducimos por esta descripción que la iglesia no fue destruida por los revolucionarios aunque sí lo fueron los objetos de su interior. Unos objetos que, como se detallan en las cuentas desde diciembre de 1934 hasta diciembre de 1935 del citado libro parroquial, se fueron reponiendo y arreglando [10]. Por ejemplo, aparecen los gastos para retocar las imágenes de San Bartolomé y San José. También se adquieren a Don Avelino de Cimadevila, de Santiago de Compostela, un viacrucis en relieve, un Nazareno con la cruz y una Dolorosa, ambos en madera. El mismo Avelino Cimadevila restauró y doró un viril, acometió la restauración de dos cálices poniendo a uno la copa de plata y dorando los dos. Se hicieron reformas en el bautisterio y en el pórtico, y se adquirieron una pila bautismal de mármol, cuatro vinagreras de cristal, un hisopo de metal blanco, varios papeles de música y un libro para padrón parroquial. Además, se compraron dos dalmáticas negras de terciopelo y se arregló una capa de terciopelo negro. Igualmente, se reformaron un par de ciriales en metal blanco, así como los siguientes objetos dañados en la revolución, además de platearlos: diez candeleros, tres cruces de altar, dos ciriales, dos copones, una corona, dos cruces procesionales, una palmatoria, un incensario y dos lámparas.

Don José Arce arregló el altar mayor y el expositor y construyó un sagrario nuevo de castaño, todo dorado. Por último se termina el año 1935 arreglando con maderas el tillado de la iglesia y de un altar, y comprando un nacimiento.

Sin embargo, estos trabajos de reconstrucción quedaron totalmente destruidos en agosto de 1936, al llegar la Guerra Civil a Nava, con la quema y destrucción de la iglesia parroquial y nueva casa rectoral que, después de la revolución se había hecho de nueva planta y adosada a la misma iglesia. Ambas quedaron completamente derruidas no dejando de ellas ni las piedras; solo quedaron los libros recientemente abiertos [11].

Después de esto se abrió el culto el 27 de octubre de 1937 en el lagar de Emiliano Zapatero. Los oficios se empezaron a celebrar con ropas prestadas por los párrocos de las iglesias que pudieron salvar algo y poco a poco gracias a los donativos, se fueron adquiriendo elementos para la celebración del culto y adecentamiento del nuevo local donde se celebraría el oficio de la misa durante los siguientes 10 años.

Por un oficio de febrero de 1938 remitido a la Junta de Cultura Histórica y del Tesoro Artístico del Gobierno Civil de Oviedo por el alcalde de Nava detallando los daños acaecidos en la guerra, sabemos que el pórtico de la iglesia quedó en pie algún tiempo después de la destrucción gracias a las gestiones realizadas por algunos vecinos, aunque poco después los “comités” ordenaron su demolición [12]. Esto permitió que sus piedras no se utilizasen, como las demás de la iglesia, al afirmado de caminos en Llames y que se amontonasen enfrente del edificio en construcción de las escuelas graduadas de Nava. Allí permanecieron al menos hasta noviembre de 1939, en que el Ministerio de Educación Nacional manda otro oficio al Ayuntamiento para que retire “varios capiteles pertenecientes a la primitiva iglesia” que se encontraban todavía abandonados [13].

La reconstrucción

Así las cosas, el Ayuntamiento comienza las obras de demolición de la iglesia ante el estado deplorable en que se encontraba y vende los materiales de derribo en 1937, a excepción de las campanas y la chatarra que estaban reclamadas por la guerra [14]. Empieza entonces la necesidad de construir una nueva iglesia y desde la corporación municipal surge la idea de cambiar su emplazamiento. En este empeño encontramos correspondencia con el Obispado de Oviedo presentando nuevas localizaciones, que a juicio de la corporación municipal serían mejores pues se ganaría sobre todo en amplitud. Sin embargo el Obispado se niega en rotundo a cambiar su localización y, por consiguiente, en marzo de 1939 el cura Agustín Cué Tamés solicita el permiso para dar comienzo a las obras sobre los cimientos de la antigua edificación [15].

Ilustración 5. Inauguración. 1947. Archivo Histórico Asturias. Sección Regiones Devastadas.

Los trabajos fueron muy lentos y ni siquiera el hecho de la adopción de la villa en marzo de 1941 por la Dirección General de Regiones Devastadas aceleró el comienzo de las obras que al final se produjeron en diciembre de 1944 [16]. Éstas fueron proyectadas en varias fases y por diferentes arquitectos, siempre bajo la dirección de Francisco Zuvillaga Zuvillaga, arquitecto jefe de la oficina de proyectos de la comarcal de Oviedo de la DGRD.

La memoria inicial del proyecto de construcción de la iglesia parroquial de San Bartolomé de Nava fue firmada por Zuvillaga en 1944 según Andrés Eguiburu [17]. No obstante en el archivo del arquitecto Juan Vallaure hemos encontrado también este proyecto de 1944, lo que nos hace pensar en un trabajo en equipo entre los diferentes arquitectos que trabajaron en la iglesia de Nava “afectos” a la DGRD . En él se proyecta una iglesia, exenta por los cuatro costados de tres naves con crucero sobresaliente, abovedada, que alberga en su nave derecha el baptisterio y en la izquierda la escalera que sube al coro y la galería. En la memoria se incluye desde el movimientos de tierras y saneamiento, pasando por la albañilería: tejados, pavimentos, revestimientos interiores; carpintería: portería, balaustrada en coro y comulgatorio; cerrajería en hierro fundido y forjado para la reja del baptisterio; decoración de piedra artificial; pintura e instalaciones de aseos, agua y electricidad. Con un presupuesto total de 472.775 pts.

Este primer proyecto no tuvo en cuenta algunos conceptos o partidas que exigía la Jefatura de la DGRD [18], por lo que en 1949 Juan Vallaure proyecta una segunda fase para culminar la obra [19]. Se presupuestan obras consistentes en urbanización exterior mediante aceras que circundan el edificio y su cripta, muretes bajos de mampostería concertada con jardinería de deslinde de propiedad, espacios verdes recuadrados con bordillos de piedra, y bancos de piedra. También proyecta la instalación de un pararrayos, una campana de bronce fundido de 400 kg., una cruz de remate de hierro forjado, y vidrieras de los ocho ojos de buey de carácter artístico: uno con la imagen del patrono, cuatro con de los Cuatro Evangelistas, dos con los sagrados corazones y uno con atributos de la eucaristía. Y tres vidrieras rectangulares sin imágenes.

El interior se proyecta de la siguiente manera:

“Retablo del altar mayor que cubre el ábside en su fondo, de 8,60 x 7,35 m. de gálibo. Estilo renacimiento con adornos de columnas, cornisa y copete de sabor barroco y dorado todo él. Tres hornacinas grandes rematadas en forma de concha completan la composición, alojando la central la imagen de San Bartolomé en talla de madera de 1,90 m.; de expresión vigorosa que imite las de Berruguete. El altar y sagrario componen con el estilo y también dorados. El comulgatorio con balaustrada de madera de castaño, con columnas salomónicas y talla de estilo barroco. Longitud de 6 m. y todo él dorado. El púlpito de estilo barroco, compuesto de columna, púlpito propiamente dicho y tornavoz, con los Evangelistas en los entrepaños del antepecho, tallados en relieve y todo dorado. Una pila bautismal de mármol blanco de 80 cm. de diámetro con columnas también de mármol. Dos pilas de agua bendita iguales, de mármol gris oscuro, de 40 cm y sujetas a la pared.Puertas cancelas de madera de castaño, con entrepaños en casetones y moldura de coronación con remate de cruz. En la sacristía un armario para ornamentos religiosos, de madera de castaño que ocupará un frente de la sacristía de 5 x 1 m de alto, subdividido en cajonería formando cinco cuerpos de 1 m cada uno y un aguamanil. Con este proyecto quedaban rematadas las obras por 340.528 pts.[20]

En este punto nos surge una duda, pues si el proyecto que remata la iglesia es de 1949 como afirma Andrés Eguiburu y como hemos podido comprobar en el archivo de Juan Vallaure, ¿por qué en el Libro de cuentas de culto y fábrica de la iglesia ya aparece en 1946 la adquisición por la propia parroquia, y no a través de la DGRD, del retablo al escultor González Macías de Salamanca y en 1947 la adquisición, de igual modo, del altar mayor, el púlpito, el comulgatorio, la cajonería de la sacristía y la imagen del patrono, del mismo autor, así como la adquisición de las campanas, el pararrayos, la pila bautismal y 12 reclinatorios? Además, algunas fotos conservadas de la ceremonia de la inauguración en 1947 ya presentan esos elementos instalados en la iglesia. ¿Habría un proyecto de terminación de la iglesia de fecha anterior a la inauguración que no conocemos?

Ilustración 6. Nueva iglesia. 1947. Archivo General Administración. Sección Regiones Devastadas.

Sea como fuere, la inauguración de la nueva iglesia parroquial se produjo el 20 de octubre de 1947 y a ella asistieron el obispo de Oviedo, el vicario general, el provisor de la diócesis, Carmen Polo de Franco y su hija Carmen, los ministros de Justicia y Obras Públicas, los gobernadores civil y militar de Oviedo, el fiscal de la Audiencia, el director general y el subdirector de Regiones Devastadas, así como toda la corporación municipal de Nava [21]. Los gastos fueron sufragados entre la parroquia y el Ayuntamiento.

Desde su inauguración hasta nuestros días se han realizado diversas obras de reparación o adecuación en la iglesia. Así en 1963 se reforma la techumbre con proyecto de Vallaure porque la disposición del canalón de la recogida de aguas pluviales del tejado producía filtraciones que afectaban a la instalación eléctrica, pintura y obras de fábrica [22].

En 1985 se reforma el presbiterio con proyecto del arquitecto Magín Berenguer Díez, por encargo del párroco Blas Martínez Ramos [23 ]. Consistió en adaptar el presbiterio a las directrices de la nueva liturgia, reformando altar, ambón y sede, con una nueva distribución de alturas dentro del espacio que se reforma, así como nuevos elementos de altar y ambón que se realizaron con chapado y piezas de granito y mármol y materiales pulidos.

En 1990 se realizaron obras de enterramiento del tanque de gasóleo para calefacción también a instancia de cura, Blas Martínez Ramos [24]. Y ya en 1997-1998 se repara el tejado de la iglesia a instancia del cura Eduardo Solís Fernández [25].

Por último haremos una breve mención a la casa rectoral, desaparecida doblemente primero en 1934 y luego en 1936, y que no empezó a reconstruirse hasta 1946 por la DGRD.

El proyecto fue redactado por Juan Antonio Miralles Sastre según Andrés Eguiburu [26]. En la memoria se explica que el obispado adquirió el solar anejo a la iglesia por su ábside propiedad de los herederos de José Martínez y, aprovechando en lo posible los restos existentes de un antiguo edificio destinado a vivienda, se proyecta levantar el edificio con destino a vivienda y dependencias parroquiales [27]. Presentaba como ventaja del solar su situación en plena carretera general Oviedo Santander, vía principal de la villa, y que estaba adosado a la nueva iglesia en reconstrucción, con lo que podría darse comunicación. Quedó limitada su altura a dos plantas sobre el nivel de la carretera, básicamente por no superar en altura a la iglesia colindante.

La casa rectoral se reformó por completo cambiando su estructura interna original en 1971 [28].

Finalizamos así esta panorámica sobre los acontecimientos históricos acaecidos en la iglesia parroquial de San Bartolomé de Nava y su casa rectoral desde 1934 hasta nuestros días.

Ascensión de la Horra Márquez
Archivera de la Mancomunidad Comarca de la Sidra en el Ayuntamiento de Nava
2016


[1] Torrente Fernández, I. (1982). El dominio del Monasterio de San Bartolomé de Nava: (siglos XIII-XVI). Oviedo: Universidad de Oviedo, pp. 31-40.

[2] Hevia Ballina, A. (2000). Los archivos de la Iglesia, memoria viva de la comunidad cristiana, testigos de la vida y de la historia: los Archivos Catedralicio e Histórico Diocesano de Oviedo, instituciones al servicio de la Iglesia y de Asturias. Oviedo: Real Instituto de Estudios Asturianos,pp.122-123.

[3] Libertestamentorumecclesiaeovetensis. (1995). Estudio codicológico, Elena E. Rodríguez Díaz; estudio paleográfico, Ma. Josefa Sanz Fuentes; las miniaturas del Libro de los Testamentos, Joaquín YarzaLuaces; El Obispo Pelayo de Oviedo, su vida y su obra, Emiliano Fernández Vallina. Barcelona, M. Moleiro. [doc. 17]

[4] Sin embargo no detalla qué “escrituras”.

[5] Carvallo, L.A. de. (1695). Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias. Madrid, p.221. Recuperado el 7 de marzo de 2016, de: https://bibliotecavirtual.asturias.es

[6] Bellmunt y Traver, O. y Canella y Secades, F. (1894-1900). Asturias: su historia y monumentos, belleza y recuerdos, costumbres y tradiciones (…). Gijón, tomo 3, pp. 316-317.Recuperado el 7 de marzo de 2016, de: https://bibliotecavirtual.asturias.es

[7] Torga Llamedo, S. (2008). Notas sobre el municipio de Nava: sus gentes, historia y costumbres. Fundación Melquiades Álvarez, p. 77.

[8] No nos extendemos más en este periodo histórico ampliamente estudiado por Torrente Fernández, Op.Cit, nota 1, Torga Llamedo, Op.Cit, nota 7, o Faya Díaz, M.A. (2009). Nava en el Catastro de Ensenada (1752). Oviedo.

[9] Archivo Parroquial de Nava, APN. Libro de cuentas de culto y fábrica. Acta 1 de enero de 1935, f. 1-2.

[10] APN. Libro de cuentas de culto y fábrica. Cuentas año 1935, f. 6-11.

[11] APN. Libro de cuentas de culto y fábrica. Acta levantada por Agustín CuéTamésdel 3 de diciembre de 1938, f. 12

[12] Archivo Municipal de Nava. AMN. Expediente 1204/3.

[13] AMN. Expediente 854/13.

[14] AMN. Libro 4 de Actas del Pleno. Sesión del 7 de marzo de 1937.

[15] AMN. Expediente 851/87.

[16] La adopción suponía que la reconstrucción de los edificios públicos de Nava tras la guerra, y por lo tanto también su iglesia, correría a cargo del Gobierno de Franco. En adelante DGRD. La fecha de inicio en: APN. Libro de cuentas de culto y fábrica. Acta levantada por Eulogio Nicieza el 21 de octubre de 1947, f. 47-48.

[17] Andrés Eguiburu, M. (2014). La arquitectura de la victoria. La labor de la Dirección General de regiones devastadas en Asturias. [Tesis doctoral]. Universidad de Oviedo. Departamento de Historia del Arte y Musicología. Recuperada el 2 de febrero de 2016 de: http://digibuo.uniovi.es/dspace/handle/10651/29164

[18] El archivo de Juan Vallaure se encuentra en depósito en el Museo de Bellas Artes de Asturias.

[19] Archivo Juan Vallaure, en Museo de Bellas Artes de Asturias. Proyectos, Nava, iglesia parroquial.

[20] Ibidem.

[21] APN. Libro de cuentas de culto y fábrica. Acta levantada por Eulogio Nicieza el 21 de octubre de 1947, f. 47-48.

[22] Op. Cit, notas 19 y 20.2

[23] AMN. Expediente 12/3.

[24] AMN. Expediente 376/10.

[25] AMN. Expediente 570/4.

[26] Op.cit. nota 17.

[27] Propietarios del solar en AMN. Expediente 851/87. Adquisición del solar para casa rectoral en APN. Libro de cuentas de culto y fábrica. En realidad el obispado realizó el pago de la compra, pero la parroquia desde 1950 amortizó ese dinero al obispado.

[28] AMN. Expediente 293/4.